Se hace camino al viajar


Julia Drangosch y Alina Rodriguez Martín

¿Por qué irse de mochilas? ¿A dónde ir? ¿Qué llevar? ¿Cómo manejarse?

Recomendaciones de lugares y tips del viajero.


¡Allá vamos!

Se sentó cerca de la ventana para poder apoyar la c

abeza sobre la ventanilla, necesitaba ponerse cómodo porque después del viaje vendría el tren. En su cabeza todavía giraban mil dudas, se preguntaba si había puesto todo en la mochila o si todavía le quedaba algo en la mesa de luz. Por eso, chequeó la lista una vez más. Finalmente, después de tantos preparativo

s, de tanta plata ahorrada, de tantas fantasías y ansiedades, la travesía comenzaba. Sin rumbo definido, ni tiempo estipulado para disfrutar, el mochilero partía hacia donde los caminos se funden con el paisaje.

Me quiero ir de viaje, ¿qué hago?

A la hora de empezar a planear un viaje del estilo “mochileros” hay que decidir muchas cosas, para evitar gastos innecesarios. En primer lugar, el rumbo a seguir: hay que investigar, buscar, examinar y estudiar los mapas. Una vez que esto está definido, lo importante es elegir la compañía. Si se prefiere viajar solo o acompañado, es una decisión particular y personal, pero del modo que sea, el viaje va a resultar enriquecedor.

Ahora sí, después de saber dónde y cuándo llega una parte esencial: cuánto y cómo. De acuerdo al tiempo disponible y en base al dinero que se tenga, se van a elegir estos dos aspectos.

Según cuentan aquellos que pudieron viajar, el promedio de gasto en un viaje al norte argentino, llegando incluso hasta Bolivia, es de $2000. Dentro de ese monto se incluyen tanto los pasajes como el resto de los gastos.

¿Y qué me llevó?

Llegado el momento de hacer la mochila es importante no olvidarse de nada que sea esencial. Por eso, lo primero que hay que hacer es preguntarse: “¿Qué cosas hago en el día?”. Comer, dormir, ir al baño y descansar en el tiempo libre. En base a eso se puede pensar qué se necesita para cada cosa.

La bolsa de dormir es esencial porque en los hostels se ponen arriba de los colchones y en la carpa son el elemento básico. La ropa que se lleve tiene que ser acorde al clima al que se vaya, en la cantidad justa y necesaria, ya que hay que tener en cuenta que el peso óptimo de la mochila debe ser de un quinto del peso de cada persona. Los elementos para cocinar como ollas, o insumos básicos se tienen que tener en cuenta antes de salir, para evitar gastos. Un dato importante es que conviene comprar dólares antes de viajar al exterior, para que no haya tanta diferencia con el cambio y con las monedas extranjeras.

La página www.mochileros.org, además de contar con información útil para planificar este tipo de viajes, tiene una opción en la parte de Links para saber, de acuerdo el destino, si se necesita llevar visa o no.

¿Cómo armar la ruta?


Elegir el destino es la esencia del cualquier aventura. Desde el momento en que se abandona la ciudad y se emprende el camino, se sabe a dónde se quiere llegar pero se debe permitir que el destino juegue su papel. Hay cierto lugares que, según la experiencia de los que viajaron, no se pueden dejar de visitar.

Dentro de Argentina, Purmamarca es un pueblito de Jujuy que es conocido como “Pueblo del Desierto” por su clima y geografía y que recibe mucho turismo joven. En Catamarca, Las Termas de Fiambalá son un paisaje natural imponente donde hay un hospedaje en el que las distintas cabañas rodean las termas, en la propia montaña.

Ahora, si la elección es salir del país, algunos viajeros recomiendan ciertos lugares que son típicos para conocer otras culturas y, sobretodo, otros viajeros. Dentro de lo que es Sudamérica los destinos que eligen la mayoría de los mochileros son: Bolivia, Perú, Brasil y Chile, entre otros.

En Bolivia uno de los lugares claves para todo mochilero es el Salar de Uyuni, que es el mayor desierto de sal en el mundo. No visitar este lugar, según cuentan, es casi como ir a Perú sin visitar las ruinas de Machupichu.

Ya estoy en viaje, ¿y ahora?

Una vez que se emprendió el camino, empieza la mejor y más espontánea parte. Aunque siempre hay un destino final, en este tipo de viajes se busca que la ruta se vaya haciendo paso a paso y día a día. Algunos tips a tener en cuenta para saber moverse en lugares desconocidos tienen que ver con lugares dónde hospedarse o en qué medio manejarse. En el norte argentino es preferible ir en carpa porque hay rutas y más espacios verdes. En cambio en Bolivia se puede planear parar en hostels, ya que hay muchos y muy baratos.

Los medios para trasladarse son varios, pero lo que la mayoría recomienda a la hora de recorrer ciudades y cruzar pueblos, es usar colectivos, aunque, dependiendo del lugar, es usual que hagan el famoso y tradicional “dedo”.

Más allá de todos estos aspectos y de la preparación del viaje lo importante es la experiencia: conocer lugares, culturas, gente, paisajes. Para aprender, crecer, reflexionar o simplemente andar no hay mejor momento que el ahora.

La ruta se va armando a medida que se hace el viaje, con un poco de ayuda del destino o del azar y un poco de predisposición a adentrarse en lo nuevo y desconocido. Viajando solo o acompañado, en colectivo o tren, en camping o hostel, con mucha plata o poca y con el rumbo que se dé, no hay que olvidar llevar papel y lápiz para describir algo que, aunque se vuelva al mismo lugar otra vez, nunca va a ser de la misma manera