AGUA TURBIA


Ellos van todas las madrugadas y salen a pescar, algunos lo hacen de una manera más artesanal otros montan una empresa en el agua. Mar del Plata sin el puerto no vive, el mar es una industria que los políticos no protegen con medidas preventivas.

Lo que poco se conoce es que hay que pagar para poder salir a trabajar.

- Todos saben que
para bajar un cajón de pescado hay que pagar trece pesos.
- ¿Hay controles?
- Son cada tanto y controla prefectura que no tiene nada que ver. Los de pesca Nación, Provincia y SENASA son los que nos cobran antes de salir.

Entre lanchas amarradas, cuerdas y lobos marinos se habla de aprietes y presiones, pagan para poder salir a trabajar tranquilos, así cuando hay alguna inspección, los dueños de los barcos, no tienen que pagar multas.

La pesca en Mar del Plata es una actividad tradicional que fue bastardeada por diferentes gobiernos, una postal típica para los turistas que se esta quedando sin recurso.

La falta de pescado es la principal denuncia de hace más o menos seis años. Organizaciones no gubernamentales como Vida Silvestre Argentina afirman que no existen controles y que los empresarios no utilizan el dispositivo de selectividad que asegura la pesca de ejemplares adultos. "Hace años que los empresarios pescan juveniles, que miden 25 centímetros, entonces no hay posibilidad de reproducción", explicó Guillermo Cañete responsable Marino de la Fundación.

Los trabajadores de las lanchas amarillas denuncian a los barcos de altura porque están en el mar
por semanas.
Las políticas no son claras. La pesca excesiva ocurre porque los controles no son cómo deberían ser. Las multas se archivan hasta que un inspector decide cobrar. El recurso pesquero termina siendo un negocio. A ésta situación se le suma que el Instituto de desarrollo Pesquero realiza estudios para conformar funcionarios de turno.

La situación por sí sola es turbia y encima se le suma la falta de información para los marplatenses y la contaminación maritima que es otra problemática grave.

Los hechos son extraños. Esperemos que esta ciudad que es el sueño de muchos, no acabe con el trabajo de otros tantos.